sábado, 2 de marzo de 2013

Los Ciriales, según Juan García Camacho

Nuestro hermano Juan García Camacho comparte hoy con nosotros una breve reflexión sobre el uso de los ciriales.




Los ciriales son candelabros altos que se llevan en procesiones. Hay de dos tipos:

- Los que tienen astas para ser llevados

- Los que tienen base (que en realidad son como candelabros de altar)

Las personas que portan los ciriales solo pueden ser hombres y son llamados acólitos ceriferarios. Son dirigidos por el pertiguero que se distingue de ellos por el llamativo pectoral que lleva colgado. 

Los acólitos suelen llevar una prenda, de origen civil, llamada Dalmática, utilizada por los nobles de Bizancio, el Impero Romano de Oriente. Posteriormente, en el siglo IV, fue adoptada por la Iglesia para los Diáconos, si bien todavía tiene un uso civil en los maceros de algunos Ayuntamientos. Durante muchos años el llevar los Ciriales delante de los pasos fue un privilegio reservado a los Diáconos, sobre todo a los Diáconos permanentes, es decir, aquellos que no accedían al Orden Sacerdotal. Al desaparecer prácticamente en su totalidad los Diáconos permanentes, los Ciriales pasaron a ser portados por acólitos, es decir, personas no consagradas.


Se suelen usar en las ceremonias litúrgicas solemnes dos (uno a cada lado de la cruz procesional), pero también en algunas misa (procesiones claustrales, de impedidos o del Corpus) Durante la Misa, se usan en la proclamación del Evangelio (a ambos lados) a la hora de su lectura como en nuestra Función Principal) a la Cruz (caso de las cruces parroquiales) o a imágenes devocionales siempre con la estricta misión de iluminar por las calles; piénsese que en épocas pretéritas el alumbrado público era nulo o escaso, de ahí la importancia que desde siempre se le ha dado a la cera en nuestras hermandades, máxime cuando nunca ha sido un bien barato.


Las normas litúrgicas, determinan, entre otras cuestiones: "Sobre el altar, o cerca de él, colóquese en todas las celebraciones por lo menos dos candeleros, o también cuatro o seis, especialmente si se trata de una Misa dominical o festiva de precepto y, si celebra el Obispo diocesano, siete, con sus velas encendidas." Nuestros Pasos, son unos altares en movimiento, en los que las llevamos en el peregrinar por las calles de la Ciudad. Los acólitos con los Ciriales y el Incienso constituyen la zona que rodea el altar; es decir: el presbiterio. 
Los ciriales son Signo de Cristo resucitado. Signo de fiesta, alegría, vida. Los ciriales, son por tanto, los cirios que deben colocarse cerca del Altar, lleva un platillo para recoger la cera y puede llevar un cristal para protegerlo del viento.

Los 18 ciriales de la mortaja 

Si hay algo característico en la hermandad de la mortaja es la presencia de la figura del muñidor y los 18 ciriales que acompañan al paso de la cofradía. Muchos pensarán que es por las 18 personas que estuvieron presentes en el entierro de cristo, pero hay dos teorías más que habría que tener en cuenta para explicar esta particularidad. 

La primera teoría es la más extendida y exactamente es que 18 personas alumbraran con sus velas el entierro de Jesús una vez crucificado y descendido de la cruz. Las 18 personas que pudieron acudir son: 

- Los 11 apóstoles (Judas ya se había ahorcado) 
- Las 3 Marías (Magdalena, Cleofás y Salomé) 
- Los 2 Santos Varones (José de Arimatéa y Nicodemo) 
- La Virgen María 
- Santa Marta 

En los evangelios no hay constancia de este hecho ya que no se menciona el número de personas que acudieron al sepelio de Cristo. 

Otras de las teorías que maneja la cofradía es su vinculación al gremio de los escribanos. Tras la reconquista de la ciudad, en principio hubo 18 oficios o escribanías en Sevilla para pasar posteriormente a 24. 

Exsite una última teoría no recogida por la hermanad. En la priostía de la hermandad existen dos ciriales de pequeño tamaño conocidos familiarmente como “las escobas”. Estos ciriales proceden del siglo pasado de la iglesia de Santa Marina aunque es posible que hubiera más de dos. Los ciriales eran portados por niños del cercano u hospicio de San Luis. Estos pequeños monaguillos debido al horario y recorrido de la cofradía, eran sacados de la procesión antes de que terminase por lo que es posible que llevaran un número elevado de ciriales en el cortejo para no quedarse sin luz que los iluminase en el camino.

2 comentarios:

  1. Magnífica aportación Juan. Sólo una puntualización, las mujeres sí pueden portar cirio según las últimas normas diocesanas. Comparto aquí la entrada que hicimos hágase. http://hagaselasemanasanta.blogspot.com.es/2012/07/de-acolitos-y-acolitas.html

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  2. Fantástico artículo. Enhorabuena

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